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Centrar A Las Mujeres Negras, Indígenas y De Color: 7 Claves Para Enfrentar La Crisis De Salud Materna.

Recientemente, me encontré con una publicación en las redes sociales señalando la crisis de salud maternal desde la perspectiva de una mujer negra. Una persona respondió a la publicación preguntando, “¿Qué tiene que ver la raza con la crisis?”. Otras preguntaron, ¿por qué la campaña política se estaba enfocando en las mujeres negras en vez de todas las mujeres?. 

Como mujer negra que se ha enfrentado personalmente con la dificultad de la preeclampsia y la crisis de salud materna, abogar por una mayor conciencia y acción para resolver este problema se ha convertido en mi misión y vocación profesional. No puedo evitar preguntarme; ¿Por qué no es obvio que la mujer negra no sea el centro de enfoque en esta crisis de salud pública? ¿Acaso hay tantas personas desinformadas sobre el problema? 

Una titular demasiado familiar. 

A estas alturas, todos hemos visto los titulares de los medios de noticia esta historia trágica: Atleta élite olímpica Tori Bowie falleció dando a luz sola a los 32 años. Según la autopsia y los informes noticieros, la causa fueron complicaciones durante el parto, posiblemente derivadas de dificultades respiratorias y eclampsia, una complicación grave de la hipertensión que pueden causar un estado de coma, daño cerebral, y el fallecimiento del bebé y de la madre. A menudo, esto ocurre en conjunto con signos y síntomas de preeclampsia, pero también pueden aparecer sin alguna señal de advertencia. La eclampsia puede ocurrir antes, durante o después del parto.  

Desafortunadamente, esta no es la primera vez que leemos un titular o escuchamos una historia como la mencionada. En el 2017, la Dr. Shalon Irving, una brillante científica de salud pública en el centro de control de enfermedad y prevención (CDC), falleció semanas después de dar a luz a su hija debido a complicaciones de salud postparto. Su fallecimiento generó atención nacional sobre la morbilidad y mortalidad materna entre mujeres negras en los EE. UU. y la desigualdad de salud que afecta a muchas otras. Según el CDC, la morbilidad materna severa ( SMM) es cuando una mujer sufre complicaciones severas durante el parto que afecta su salud significativamente a corto y largo plazo. Puede aumentar el riesgo de la muerte materna que incluye condiciones como infarto, dificultad respiratoria, y sepsis. Otras indicaciones incluyen fallo renal y la necesidad de transfusión de sangre. A nivel mundial, la mortalidad materna se ha definido como la muerte materna que ocurre dentro de los primeros 42 días posteriores al parto debido a razones directamente relacionadas con el embarazo en lugar de causas accidentales. Sin embargo, el Sistema de Vigilancia de la mortalidad a causa de embarazo (PMSS) del centro de control de enfermedad y prevención, ha ampliado esa definición como una muerte relacionada con el embarazo, es decir, una muerte durante el embarazo o dentro de un año después del final del embarazo por cualquier causa relacionada o agravada por el embarazo. 

Ese mismo año, apenas escapé de un destino similar a las 28 semanas de embarazo con mi hijo Jaxson. Trágicamente, experimenté un desprendimiento prematuro de placenta debido a la preeclampsia que causó que mi hijo naciera sin vida. Aunque fue un embarazo de alto riesgo, estoy segura que con la atención adecuada y una respuesta atenta a mis preocupaciones de salud, mi desprendimiento y la muerte de mi hijo podrían haber sido prevenidas.

A pesar de mi frustración por la falta de comprensión pública sobre la crisis de salud materna en los EE. UU., la respuesta a la pregunta “¿qué tiene que ver la raza con la crisis?” se encuentra en mi historia. A pesar de ser una trabajadora social clinica exitosa y altamente educada, enfrenté prejuicio y discriminación por parte del sistema de salud. Fuí enviada a mi casa desde el departamento de emergencia en múltiples ocasiones, a pesar de tener lecturas de presión arterial extremadamente preocupantes. Al igual que muchas otras mujeres de las que leemos en los titulares, yo tampoco fui inmune. 

Por qué el enfoque en la raza 

A medida que continuaba leyendo los comentarios en esta publicación de redes sociales, quedó claro que se había convertido en una discusión tensa sobre la raza. El mensaje original de la publicación era resaltar las luchas de una madre negra con complicaciones de salud materna. Pero eso parecía perderse en un mar de comentarios ofensivos, estereotipos y opiniones juiciosas. Algunos argumentaron si acaso la conversación sobre la atención materna debería centrarse en las mujeres negras. 

En contraste, otros cuestionaban si enmarcarlo como un problema racial solo crearía más división y exclusión. Mientras tanto, algunos preguntaban respetuosamente por más información sobre los factores subyacentes que contribuyen a estas desigualdades. 

Más estudios de investigación están intentando responder a estas importantes preguntas. Por ejemplo, un estudio publicado en el American Journal of Hypertension, de más de 4,000 nacimientos en Chicago, encontró que vivir en comunidades altamente segregadas con altos niveles de pobreza estaba asociado con una mayor probabilidad de desarrollar trastornos hipertensivos durante el embarazo. Esta investigación destaca la necesidad de atender las fuentes de desigualdad, como el racismo estructural asociado con resultados adversos en la salud materna. Estudios recientes como este publicado en el Journal of Midwifery and Women's Health y este otro publicado en 2012 en los Annals of Behavioral Medicine también han demostrado que el estrés por racismo puede afectar el peso al nacer de los bebés en madres negras en comparación con madres blancas, contribuyendo aún más a las discrepancia en los resultados. 

Según investigaciones del CDC, más del 80% de las muertes maternas son prevenibles, sin embargo, las madres negras e indígenas continúan experimentando peores resultados en comparación con otras razas. Así que, cuando se pregunta, “¿qué tiene que ver la raza con la crisis?”, podemos comenzar con los siguientes hechos: 

  • Las mujeres negras tienen de 2 a 3 veces más probabilidades de morir durante el parto en comparación con mujeres de otras razas (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 2023).
  • La preeclampsia afecta entre el 5% y el 8% de los embarazos en EE. UU., las mujeres negras siendo un 60% más propensas a desarrollar preeclampsia (Fundación de Preeclampsia, 2020).
  • Entre las mujeres indígenas, incluidas aquellas que se identifican como nativas americanas o nativas de Alaska, las muertes relacionadas con el embarazo también

ocurren a tasas más altas. Los problemas de salud mental y la hemorragia se identifican como las causas principales en el 50% de estos casos (Trost et al., 2022). 

Las necesidades de atención médica de las mujeres negras, indígenas y de color (BIWoC) han sido históricamente poco estudiadas, lo que ha causado brechas en la investigación y el conocimiento médico. Por lo tanto, es crucial centrar la raza en nuestro análisis de la crisis de salud materna por muchas razones, incluyendo la mejora de los resultados de salud materna para BIWoC en los Estados Unidos y a nivel global. 

Enfocarse en las experiencias de las comunidades BIWOC (mujeres negras, indígenas y de color) nos permite obtener una comprensión más profunda de los cambios necesarios dentro de nuestros sistemas para beneficiar a todas las personas. Este enfoque asegura que nadie se quede atrás. En su artículo "El Efecto del Corte de Bordillo", Angela Glover Blackwell enfatiza la importancia de colocar las necesidades de los más marginados en primer plano para el progreso social general: 

“Existe una sospecha social inculcada de que apoyar intencionalmente a un grupo perjudica a otro. Que la equidad es un juego de suma cero. De hecho, cuando la nación dirige el apoyo donde más se necesita —cuando creamos las circunstancias que permiten a aquellos que han sido dejados atrás participar y contribuir plenamente— todos ganan. El resultado también es cierto: cuando ignoramos las dificultades que enfrentan los más vulnerables entre nosotros, esas dificultades, amplificadas muchas veces, se convierten en un impedimento para el crecimiento económico, la prosperidad y el bienestar nacional.” 

Estas historias ilustran cómo las BIWoC deben navegar un sistema que las descuida sin cuidado durante uno de los momentos más vulnerables de sus vidas. Los prejuicios implícitos, el racismo sistémico y las barreras al acceso a la atención médica sólo agravan el tratamiento ya inadecuado que reciben. Los profesionales médicos se comprometen a mantener el Juramento Hipocrático y a adherirse a un código de ética que establece como prioridad no hacer daño a los pacientes. Esto no debería tener que ser impuesto; debería ser una obligación moral. El hecho de que muchas BIWoC aún estén luchando por dar a luz en la nación más rica del mundo solo expone la falta de sinceridad de estos compromisos. Debemos confrontar el papel que juega la raza, el racismo y el prejuicio en la configuración de sus experiencias de parto. Cualquier cosa menos, sería una traición a esas madres que merecen nada menos que la mejor atención para ellas y sus hijos. 

¿Cómo elevamos las voces de las mujeres negras y de color (BIWoC) para mejorar la crisis de salud materna en EE. UU.? 

No importa tu relación con este problema, ya seas una madre BIWoC que ha experimentado personalmente complicaciones en la salud materna, un proveedor de atención médica comprometido con poner fin a la crisis de salud materna negra, o un defensor, familiar o amigo, te urjo a unirte a nosotros en la búsqueda de soluciones. ¡Este es tu llamado a la acción! 

Aquí hay siete formas clave en las que puedes amplificar las voces de las madres negras en la lucha por la justicia en el nacimiento y la reforma de la atención médica: 

  1. Sacar a la luz sus historias únicas

En las palabras sabias de Maya Angelou, “No hay mayor agonía que llevar una historia no contada dentro de ti.” Para las BIWoC, esta agonía es demasiado común, ya que nuestras historias a menudo son silenciadas o pasadas por alto. Ser empujadas a un segundo plano conduce a una falta de diversidad y representación en la salud materna. Como resultado, es más difícil atender las necesidades críticas de ciertos grupos con la urgencia que merecen. Es necesario resaltar voces diversas. Compartir nuestras historias cambia el poder, promueve la sanación, proporciona ejemplos de la vida real que pueden ser instructivos, ayudándonos a enfrentar esta epidemia trágica. Una forma en que la Fundación de Preeclampsia está haciendo esto es a través de sus eventos Gathering Table, que reúnen a mujeres BIWoC en comunidades de EE. UU. para hablar sobre sus experiencias en salud materna y amplificar sus voces. Otra forma es unirse al programa de certificación de Socios de Familias Pacientes de MoMMAs Voices (https://www.mommasvoices.org/moms-families) para recibir capacitación sobre cómo usar tu experiencia vivida para participar en la mejora de la calidad de la salud materna. 

  1. Romper el silencio y el estigma para las BIWoC

La campaña Take 10 de la Fundación de Preeclampsia es un movimiento crucial para asegurar que las mujeres negras sean incluidas en la investigación, urgiendo el enfoque a las historias no contadas de las mujeres negras afectadas por la grave crisis de salud materna, específicamente aquellas que sobreviven a la preeclampsia, y asegurando que sus historias y datos sean incluidos en investigaciones importantes científicas y médicas de confianza. Dar prioridad a la raza y las comunidades históricamente descuidadas en la investigación puede promover la equidad y las intervenciones antirracistas. Inspirada y motivada por esta iniciativa, he asumido con orgullo el papel de embajadora de Take 10 y he puesto mi corazón en escribir esta publicación de blog. Rompiendo barreras de silencio y vergüenza, estoy compartiendo valientemente mi propia historia con la esperanza de ayudar a otras que pueden estar sufriendo solas. Solo a través de la amplificación de voces diversas sobre problemas de salud materna podemos exigir el cambio tan necesario y hacer saber a otras que no están solas ni deben sentirse culpables de sus dificultades. 

  1. Dejar de culpar a las madres BIWoC

En lugar de culpar a las comunidades BIWoC por tener peores resultados de salud, debemos centrarnos en los sistemas y en las políticas que contribuyen a la inequidad. Esto incluye señalar a la raza como un factor crucial para analizar con precisión los datos y encontrar soluciones para problemas más amplios. 

La profesora asociada Monica McLemore, una destacada académica en investigación sobre equidad en el nacimiento antirracista, y Valentina D'Efilppo, una diseñadora premiada, directora creativa y coautora, enfatizan esto en su artículo conjunto. Hacen un llamado a un cambio de culpar a las mujeres, a comprender los múltiples factores en juego. De manera similar, un estudio en Alabama encontró que el racismo, las leyes injustas, la pobreza y la infraestructura inadecuada contribuyen a los resultados insatisfactorios en el parto para las mujeres negras. Por lo tanto, el cambio debe ocurrir en todos los niveles (individual, familiar, comunitario,institucional, gubernamental y social) para señalar las discrepancias y reformar nuestro sistema de salud. 

  1. Centrarse en la raíz de las causas para encontrar soluciones reales

El número desproporcionado de madres negras que fallecen durante el parto no se debe a su color de piel, sino a los prejuicios sistémicos. Un estudio de investigadores de Yale encontró que el estigma del embarazo basado en la raza afecta el acceso a la atención médica y el apoyo para las mujeres negras. La Dra. Joia Crear-Perry, fundadora de la National Birth Equity Collaborative (ahora conocida como RH Impact), sugiere reconocer el racismo como un "factor modificable" y dice que no reconocer y atender el racismo sólo perpetúa el problema y pone en riesgo a más madres. El entrenamiento de capacitación contra el prejuicio racial para los proveedores de atención médica y el seguimiento de las mejores prácticas, han demostrado mejorar positivamente los resultados de salud materna para las mujeres negras. 

  1. Abogar por la equidad racial dentro de nuestros sistemas de salud

Para mejorar la atención médica para todas las mujeres, debemos dar prioridad a la investigación equitativa entre salud y raza, la creación de políticas y las prácticas de atención médica. Dar prioridad equitativa a la salud presenta una oportunidad justa para que todas alcancen su mejor salud sin desventajas basadas en la raza o construcciones sociales. La investigación demuestra que las personas embarazadas de color enfrentan negligencia y discriminación en el sistema de salud. La concordancia racial (similitud racial entre paciente y proveedor médico), el aumento de la comunicación y el cuidado culturalmente competente pueden ayudar a atender este problema y mejorar los resultados para las madres y los bebés. Todos se benefician cuando la comunidad apoya la igualdad racial, fomentando oportunidades equitativas para el éxito. Una forma en que podemos apoyar la igualdad racial es aplicando conscientemente una perspectiva de igualdad racial a todos los aspectos de nuestro trabajo e investigación, particularmente aquellas que pueden afectar a comunidades que han sido excluidas tradicionalmente de las discusiones. Por ejemplo, es importante considerar cómo diferentes grupos pueden verse afectados por nuestras decisiones, políticas o cambios, y buscar activamente las perspectivas de aquellos que históricamente han sido dejados fuera de la conversación. 

  1. Asignar financiamiento e investigación que centre las necesidades de las BIWoC

Las madres de identidades marginadas a menudo no están bien representadas en estudios de investigación o ensayos clínicos. Debemos invertir con prioridad en la comprensión de sus necesidades únicas y asignar recursos, como becas para proyectos enfocados en comunidades subrepresentadas. La iniciativa IMPROVE de los Institutos Nacionales de Salud, introducida en el 2019 y que recibió un presupuesto de 43.4 millones de dólares en el año fiscal 2023, tiene como objetivo combatir las altas tasas de mortalidad materna y atender las desigualdades que enfrentan las madres de minorías, jóvenes, mayores y con discapacidades. Debemos abogar por y financiar proyectos como este para crear la infraestructura que estimulen un cambio significativo.

7. Abogar por un cambio social que impacte a todas las madres

En un movimiento audaz, la administración Biden-Harris declaró del 11 al 17 de abril como la Semana de la Salud Materna Negra, destacando la necesidad de una reforma política y el ocuparse del racismo institucional. La vicepresidenta Kamala Harris ha dirigido los esfuerzos, asegurando financiamiento del Congreso para implementar un plan para resolver la Crisis de Salud Materna. La introducción de la Ley Momnibus de Salud Materna Negra del 2020, del Caucus de Salud Materna Negra, que incluye 13 proyectos de ley individuales y cuenta con el respaldo de más de 200 organizaciones, ha dado aún más importancia a la necesidad de legislación federal y cambios en la política en general. Renovar un sistema roto que falla a nuestras madres y bebes cotinuamente, que en muchos casos se identifican como negros y/o de color, está atrasado. Estos son ejemplos de cómo creando un cambio social comienza por aumentar la conciencia, atender las deficiencias en la política, cambiar actitudes culturales y prácticas inculcadas 

Tu llamado a la acción 

Actúa ahora. El momento del cambio ya se ha retrasado demasiado. Las mujeres merecen sentirse seguras y apoyadas durante la sagrada experiencia de traer nueva vida a este mundo, independientemente de su raza. Si estás leyendo esto, y te preguntas por qué la raza importa en la salud materna, te reto a que consideres tu prejuicio cognitivo y cómo puede estar contribuyendo al problema. 

El verdadero cambio comienza con aquellas personas en posiciones de poder: los profesionales responsables de nuestra atención y de crear políticas que dan forma a nuestras vidas. Requiere confrontar activamente la discriminacion implícita, estereotipos dañinos y exigir estándares más altos en las prácticas de atención médica. Debemos erradicar los cuatro niveles de racismo profundamente inculcados: personal, interpersonal, institucional y estructural, reemplazándolos con enfoques antirracistas, como promover una atención centrada en el paciente que sea culturalmente receptiva a las necesidades de las comunidades atendidas e involucrar a las BIWoC en el procesos de toma de decisiones compartidas sobre sus necesidades de atención médica. No estamos simplemente pidiendo equidad en el nacimiento. Exigimos justicia para todas. ¿Te unes a nosotros en esta lucha? 

Shakima “Kima” Tozay es una defensora de la salud materna y madre de su hijo, Jaxson, quien nació sin vida a las 28 semanas debido a la preeclampsia. Como escritora, oradora, trabajadora social clínica licenciada, veterana de la Marina de los EE. UU. y cónyuge militar, Kima se dedica a crear conciencia sobre las inequidades en la atención médica materna. Es una Socia Certificada de Familias Pacientes con MoMMAs Voices, miembro de Mom Congress y forma parte del Consejo Asesor de Pacientes (PAC) a través de la Fundación de Preeclampsia. Kima también comparte su historia a través de diversas plataformas de defensa. Cuando no está haciendo trabajo voluntario, disfruta explorar la naturaleza, hacer viajes por carretera y encuentra consuelo al escribir el nombre de su hijo en la arena a lo largo de las playas rocosas de Washington.

Este artículo es sólo para fines educativos. Las opiniones y puntos de vista expresados en este artículo son los de la autora invitada y no reflejan necesariamente las opiniones o posiciones de ninguna entidad que representen. 

Spanish version by Bianca Penny-Harley

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